Mi madrastra me pilla haciéndome una paja y le hago una mamada

Después de un día agotador en el trabajo, regresé a casa para relajarme y disfrutar de un poco de autoplacer.Como estaba arrancando mi mano, mi madrastra se detuvo, pillándome en el acto.En lugar de molestarse, decidió unirse a la diversión.Me instruyó a dejarme caer de rodillas y darle una mamada sensual.Obligué, llevándola ansiosamente, degustando cada trozo de su dulce néctar.Mi madrastro, una belleza colombiana sensata, gemía de placer mientras la devoraba.El sabor de ella, la sensación de ella, todo era intoxicante.Pero aún no estaba hecho.Quería más.Deseaba un sabor de ella y no me tímida al respecto.La la lamí, la probé, me devoré.La habitación se llenaba de nuestros gemidos, nuestro lenguaje sucio, nuestro placer.Era un espectáculo para contemplar - una madrasstro y su hijastro, disfrutando de sus deseos prohibidos.Una fantasía de cornudo viene a la vida.Un encuentro lésbico que nos dejó a ambos sin aliento y sin aliento.